La vida: eso que se escapa mientras existes.

Comúnmente las personas confunden estar vivos o existir con vivir. Son verbos diferentes, y por consecuente, diferentes conceptos. Así, dentro de la diferencia cada cual, atendiendo a la diversidad de opiniones y perspectivas que existen, cada uno asocia su punto de vista, donde lo que para ti puede ser vivir, para otro puede no ser más que un pasatiempo sin valor alguno, algo transitorio, o un mal que no está dispuesto a correr por nada en el mundo. Es eso lo que pienso que, a mi parecer, enriquece la convivencia y aporta esa chispa que necesitamos en nuestro día a día: la diversidad de opiniones, de puntos de vista. Date cuenta: si todos fuésemos iguales, esto se haría demasiado aburrido, pues, ¿Con quién debatirías sobre fútbol si todos fueran del mismo equipo?

Como se suele decir, "para gustos: colores". Así, hay quien con una consola y un sofá viviría una vida plenamente feliz, y hay quien a pesar de tener todos los quehaceres posibles, no es capaz de encontrar satisfacción en ellos, y aún así se apresura a por otros nuevos, más significativos, más acertados, y no por ello menos pasajeros, pues quiera o no dicho sujeto la voluntad es efímera, como la vida misma.

Y centrándonos en esa idea de la voluntad como algo de corta duración, caprichoso, y que con nada se satisface; entendiendo la vida como una pluralidad de visiones en las que muy difícilmente dos ojos miran e interpretan de igual forma un hecho concreto; ¿cómo podemos confundir aún el existir con el vivir?, ¿es lo mismo permanecer inmutable ante el paso del tiempo, ante los hechos, esperando que la muerte se apiade de ti; que andar buscando aquello que te satisface, aun sabiendo que una vez lo alcances vas a desecharlo para emprender la búsqueda hacia otro aún mejor? A mí me es imposible no apreciarlo. Y es por esta causa por la que en muchas ocasiones siento algo de lástima por los animales, puesto que, como muchos pensaréis "carecen de nuestros problemas y obligaciones", en efecto, pero también carecen de las alegrías que experimentamos al lograr objetivos, de las emociones, y demás cosas de las que sólo es partícipe el hombre.