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martes, 22 de julio de 2014

"¿Qué es escribir, qué es leer?"


Cualquiera hoy escribe un libro, piensan muchos. ¿Pero es realmente así? ¿Es tan sencillo como lo pintan? Realmente en cuanto al sentido de escribir pienso que se da una paradoja, una confusión, la cual induce a que se piense que es sencilla dicha labor. ¿Qué entienden éstos que afirman tal cosa que es escribir? Escribir como tal, como acto, como ese carácter del lenguaje que permite expresar ideas pensadas o recogidas de alguna parte de manera correcta conforme a la gramática en uso, de forma escrita; realizar eso y publicar su conjunto, más o menos ordenado, o desordenado, está al alcance de casi todos. Ideas en el mejor de los casos, y eso de correctamente, se presupone, a veces cayendo en un grave error. A veces confiando cuando no se debiera, pues Shed Simove no escribió ni una sola palabra, su libro "Lo que los hombres piensan además del sexo" es en su conjunto una idea. Y eso es a lo que me vengo a referir, éste es un buen ejemplo: eso no es ser un escritor, y eso no es un libro.

Corran mejor o peor suerte, muchos niños van al colegio a aprender -entre otras cosas- a leer y escribir. La escolarización es algo que, por ley, se impone en nuestro país, y como en el nuestro en tantos otros de nuestro mismo estatus. Sin entrar en cómo se enseña ésto, en si pudiera mejorarse o no, en si estamos totalmente de acuerdo o en si es la educación y en incentivo a la lectura en nuestro país un completo desastre; me referiré a algo en concreto: ¿qué significa ser escritor, ser lector, un libro, ... en esencia, de suyo, en el sentido profundo del término y no en el vacío que oscila hacia lo absurdo y regresa hacia lo intelectual como un puro vaivén desordenado?

Pienso que se da una paradoja, pues hay escritores que no son tal cosa. Y pensaréis: ¡qué disparate!, pero que no se precipite nadie. Quizá estés más cerca de entenderlo comprendiendo ésto: ¿dirías que el hijo de Isabel Pantoja hace música, se iguala a su madre, de alguna manera puede llamarse a eso un músico con todas sus letras? Porque él dice que sí, y muchos que lo escuchan también.
¿Dirías de esos futbolistas que sólo duran unas temporadas porque son fruto de la moda pasajera y sujetos de márketing que son tal cosa?
¿Y de los periodistas del corazón que más que hablar berrean, se lanzan cosas y demás cosas por el estilo, apenas gesticulan y acaban por abandonar el programa con insultos y abucheos, que lo son?
¿Y de los políticos? Hay tantas cosas que no son lo que son que, puestos a pensar, a uno le da estrés.

Es decir, y después de éste necesario rodeo: ¿escribir un libro -por decir algo, porque como hemos visto los hay que ni los escriben- te hace escritor, en el sentido esencial y profundo del término? ¿Dejar un pensamiento, una historia que te ha ocurrido o una ficticia, algo que se te ha pasado por la cabeza en un momento y piensas que puede tener cierto interés -o no lo piensas, pero esperas sacar partido de ello y eso te gusta- por escrito y hablar con una editorial para que te lo publique previo pago, cuanto antes, porque te corre prisa tener algo escrito en el mercado o, al menos, en papel, en formato físico, para que los demás te agradezcan que les des un ejemplar, es ser escritor? A mi juicio no, rotundamente. Me niego a pensar que eso sea escribir, como me niego a pensar que el figura de Kiko Rivera sea músico, DJ, o lo que se le ocurra ser ahora. Mucho está tardando en lanzarse al mundo editorial éste hombre.
A mi parecer eso es cualquier cosa menos eso, ¿o es deportista el que desde los cuatro años lo único que quiere es ganar dinero del deporte y por eso entrena duro todos los días aun sin gustarle? ¿Es escritora E. L. James por escribir tan sólo una historia que responde a lo que el público pide y ahí terminar su andadura? Es como si le diéramos la vuelta a la tortilla para ponerla frente a lo de siempre: el dinero, ese entrometido asunto que funciona como fiel compañero de viaje.

Me parece un total disparate, y de hecho tomo el asunto como el acuñar el término lector a quien hace uso de su aprendizaje del lenguaje y usa el mismo para descifrar lo que dice un panel en la carretera, un diccionario de consulta, la letra pequeña de un testamento o el cartón de leche. Eso no es leer en el sentido al que me refiero, eso es desenvolverse. Eso sería un desenvolverse día a día en un mundo que está escrito, donde no hay más remedio que leer, lejos del tener un hábito de lectura.
Así, tampoco sería escribir el redactar una biografía que no ha sido pensada, simplemente expuesta, sin arte alguno, a desgana, como ocupación profesional, sin pasión. Pudiéndose comparar a una lista de la compra. O el publicar un libro en blanco.

Ni uno ni otro son lo que sus términos por escrito u oralmente dicen ser. No responden a la esencia.
Habrá que buscar una respuesta que más o menos responda al asunto.







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